Creo que es muy familiar escuchar esta expresión, lo dice un amigo, un primo, un tio,
un conocido o un compañero de trabajo, la verdad es que a muchos les ha pasado,
que van por una causa al hospital y habiendo resuelto ésta; resulta que se
deben quedar porque tienen una infección que no presentaban cuando llegaron.
Esta situación se repite una y otra vez, lo que actualmente
se ha vuelto preocupante y difícil de controlar en los ambientes hospitalarios.
Pues a las infecciones nosocomiales, palabra que deriva de
la voz griega nosokomeian: nosos que
significa enfermedad y komeian que significa hospital.
El agente puede ser resistente a los antibióticos y antisépticos
comunes y ser favorecido al encontrar las barreras anatómicas como la piel y
mucosas alteradas.
Es principalmente la infección nosocomial que aparece en los pacientes hospitalizados con el sistema inmune debilitado.
Es una infección no presente en el momento del ingreso de un paciente all hospital y que se desarrolla después de 48 horas del ingreso hospitalario, tres días después del alta hospitalaria o dentro de los 30 días después de una intervención quirúrgica.
Aparece como consecuencia de la
interacción agente, huésped y medio donde muchas circunstancias están en contra
del huésped, como la inmunodeficiencia que puede estarse presentando a causa
del estrés por la hospitalización, la patología base (por la que ingreso), los procedimientos invasivos y los tratamientos inmunosupresores a
los cuales puede estar siendo sometido.
Por ejemplo:
la infección por Klebsiella pneumoniae es causada cuando este microorganismo logra a
entrar en los pulmones aunque también esta implicada en infecciones del tracto
urinario, sepsis, infecciones de tejidos blandos, e infecciones de
herida quirúrgica. Son especialmente susceptibles los pacientes ingresados en
unidades de cuidados intensivos, neonatos, con diabetes mellitus o alcohólicos.
¡Y, si que es de preocuparse!, ya que la bacteria K. pneumoniae
deriva de la familia Klebsiellae que pertenecen a las enterobacterias. Son inmóviles, en forma de varilla y encapsuladas.
La cápsula que la cubre le ayuda a ser resistente a muchos antibióticos.
Es más que molesto lo que la K.pneumoniae nos hace sentir
debido a que, una vez que entra en los pulmones,
causa muchos cambios destructivos en ellos. Esto conduce a la necrosis,
inflamación, hemorragia, etc., de los tejidos pulmonares. Es causante de
una flema gelatinosa muy espesa, que se llama “grosella esputo jalea”. mostrando rastros de sangre.
La rápida destrucción del tejido
pulmonar es el factor distintivo.
Inicialmente causa una fiebre alta repentina. Esta
fiebre es generalmente más de 39.5 º С acompañada de escalofríos y mareos.
A medida que la infección se propaga, conduce a la formación bolsas de tejido muerto que contienen millones
de bacterias K. pneumoniae, conocidas como abscesos que pueden llevar al
colapso pulmonar en algunos pacientes.
Muy pronto la infección se propaga al
tracto respiratorio superior produciendo congestión severa de las vías respiratorias conduciendo a una secreción nasal
fétida. En resumen, los síntomas son los siguientes:
Tos
Esputo sanguinolento
Problemas respiratorios
Fiebre alta
Debilidad
Escalofríos
Dolor de pecho
Náusea
La secreción nasal
Dolor de cabeza
Congestión en el pecho
Sibilancias
Respiración rápida
Cianosis (labios y uñas se ponen azul)
Confusión
El tratamiento de la enfermedad es muy difícil. Debido a que el microorganismo es altamente resistente a muchos
medicamentos. El tratamiento Klebsiella pneumoniae incluye el uso de aminoglucósidos y cefalosporinas.
La tasa de mortalidad por K.pneumoniae es muy alta, incluso después de que el paciente reciba el tratamiento. Así que, es importante saber y entender los síntomas. La intervención médica temprana ayudará a evitar que la enfermedad se vuelva fatal.
Mily Gutiérrez.
Referencias:
http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/05/05_9209.pdf
http://www.codeinep.org/control/Klebsiella_pneumoniae_ii.pdf
http://lasaludi.info/klebsiella-pneumoniae-sintomas.html
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