lunes, 7 de noviembre de 2016


Infección Nosocomial

Una nueva mirada sobre las infecciones intrahospitalarias

Clostridium difficile


Clostridium difficile descrito como componente de la microbiota intestinal en 1935, pero surge como patógeno intrahospitalario a partir de los 70’s, asociado al uso de antimicrobianos. Lo podemos encontrar formando parte de la microbiota intestinal del 3% de las personas de la comunidad, pero este porcentaje asciende a 20-35% en los pacientes hospitalizados.


No es suficiente estar colonizado para que ocurra una infección. Ésta se presenta fundamentalmente en un paciente susceptible que perdió la barrera protectora más importante, como es la  eliminación de la microbiota comensal intestinal por uso de antimicrobianos. La susceptibilidad se refiere a  la preexistencia de enfermedades graves o prolongadas, inmuno-compromiso, intervenciones quirúrgicas gastrointestinales recientes o prolongadas, o la destrucción de la barrera de acidez gástrica por uso de  inhibidores de bombas de protones, entre otros.

 

 Clostridium difficile es una bacteria causante de infección intrahospitalaria y está generalmente presente en los recintos asistenciales, ya que por ser una bacteria esporulada es capaz de persistir por largos períodos  en el ambiente. Debido a esto, los laboratorios clínicos y de microbiología tienen implementado el diagnóstico de Clostridium difficile. Las cepas patógenas de C. difficile se caracterizan por producir dos toxinas, TcdA y TcdB, que actúan alterando la regulación del citoesqueleto de las células epiteliales del colon.  Las células  se redondean y mueren, lo que  compromete su función de barrera y permite la pérdida de fluidos y aparición de diarrea. Además, ambas toxinas inducen la síntesis de citoquinas induciendo una respuesta inflamatoria.


La infección por C. difficile da lugar a una variedad de manifestaciones clínicas que varían desde la portación asintomática ya mencionada, a un cuadro de diarrea moderada y a formas severas como megacolon tóxico y la colitis fulminante que pueden comprometer la vida de los pacientes. En éstos, los que adquieren una infección por este microorganismo, el 30% desarrolla diarrea y el 3% a 5% las formas severas de la infección. El resto se convierte en portadores asintomáticos.


Hace más de 10 años, apareció una variante del Clostridium difficile en Estados Unidos y Canadá que se identificó posteriormente en varios países de Europa. Esta nueva cepa (BI/Nap1) cambió la epidemiología al ser más transmisible, lo que aumentó el número de casos y algunos con infecciones muy severas y difíciles de tratar.


La presencia del Clostridium difficile es endémica, factor clave, para mantener controlada esta bacteria es prevenir. Al respecto, se requiere que estén en permanentemente funcionamiento las medidas de detección y control de esta infección intrahospitalaria y la disponibilidad de detección de Clostridium difficile en los laboratorios para la detección de cepas toxígenas. Entre las medidas básicas de prevención está

·         uso racional de antibióticos

·         lavado de manos con agua y jabón

·         uso de gorro y guantes

·         mantener aislado al paciente,

·         buen manejo de los elementos que están en contacto con éste.

 

¡Ojo!
 
Para que exista una infección intrahospitalaria tienen que coexistir ciertos factores:

·         un microorganismo con características que le permitan permanecer en un hospital

·          un hospedero (paciente) con condiciones de susceptibilidad

·          el ambiente apropiado (un hospital lo es)
 

 Bianca Ximena Martínez Herrera
201500983
 
REFERENCIAS
EN LINEA (4 de nov/16)
  • https://www.google.com.gt/search?biw=1366&bih=600&tbm=isch&q=clostridium+difficile+esporas&sa=X&ved=0ahUKEwjmhvn5tZjQAhWIbiYKHZbBCcsQhyYIGg&dpr=1&cad=cbv&bvch=u&sei=hmIhWPGOIcn8mQHEzqiwDg#
  • http://www.med.uchile.cl/2012/mayo/7338-una-nueva-mirada-sobre-las-infecciones-intrahospitalarias-iih.html

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