domingo, 6 de noviembre de 2016

¡Otra vez enfermo! Saliendo de una y entrando a otra.
E. coli
En esta ocasión hablaremos sobre las infecciones nosocomiales, las cuales sabemos que son todas aquellas infecciones ocurridas durante la hospitalización que no se estaban incubando o no estaban presentes al momento del ingreso del paciente al hospital, prolongan la estancia hospitalaria en una media de 9 días y producen gastos adicionales debido a la implementación de métodos diagnósticos, tratamientos, etc., estimándose que alrededor de la mitad de ellas se pueden prevenir mediante principios de control de enfermedades. La piel, el tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal de los pacientes hospitalizados frecuentemente se colonizan con microorganismos que se derivan del medio hospitalario, siendo reservorios potenciales las manos del personal hospitalario, el agua, los alimentos, las superficies de las habitaciones, los baños, los otros pacientes y los sistemas de ventilación entre otros.



Uno de los agentes que es productor de las infecciones nosocomiales es la E. coli, ya que puede producir tanto infecciones respiratorias como gastrointestinales.
Entre las infecciones respiratorias se estima que se desarrolla aproximadamente en el  5% de los pacientes hospitalizados siendo uno de los gérmenes más frecuentemente aislados. Entre los factores predisponentes se cuentan la edad, la gravedad de alguna enfermedad subyacente, duración de la estancia hospitalaria, anestesia general, intubación endotraqueal, traqueostomía, tratamiento inhalatorio. Los pacientes que reciben tratamiento prolongado con antibióticos de amplio espectro o que tienen déficit inmunológico pueden súper infectarse con hongos. La diseminación por contacto es frecuentemente responsable de la infección respiratoria cruzada, ya que las manos del personal hospitalario pueden llevar los organismos desde un paciente a otro y pueden contaminar equipos compartidos.
El riesgo de infección pulmonar nosocomial se puede reducir manteniendo meticulosamente el equipo de tratamiento respiratorio, vigilando los pacientes, manipulándolos cuidadosamente y lavando las manos del personal.

En las infecciones gastrointestinales, se han descrito epidemias de diarreas y vómitos por contaminación de los alimentos servidos a los pacientes recluidos en los hospitales, se deben extremar medidas de control sobre el personal de cocina encargado de la preparación de las dietas de los pacientes, así como el transporte de los mismos hasta la cabecera de los niños, insistir en las medidas de higiene en las salas de hospitalización. Entre los agentes involucrados en estas infecciones está la E. coli. Todas las personas que manejen alimentos deben comprender las fuentes y las vías de transmisión de los microorganismos relacionados con los alimentos y aprender a manejarlos de una forma higiénica, desde su producción o recolección hasta su preparación final y servicio de comidas. El consumo de alimentos contaminados frecuentemente conduce a enfermedad intestinal que normalmente dura pocos días, sin embargo, en infantes la enfermedad diarreica por alimentos contaminados puede ser fatal.





El control de las infecciones intrahospitalarias es un aspecto cada vez más importante y complicado en el cuidado del paciente debiendo implementarse programas de educación continua en los procedimientos de control de infecciones, contratar enfermeras bien entrenadas, ropa de uso exclusivo en los servicios y sobre todo el lavado de manos y brazos antes y después del contacto con los pacientes, que es una forma práctica y rápida para la prevención de éstas infecciones.







María Ximena 
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