Áscaris lumbricoides.
En nuestra vida muchas han sido las veces en las cuales hemos sentido miedo, más aún cuando estamos involucrados en una mala situación o nos sentimos amenazados. En esta ocasión queremos compartirte la historia de un parásito que se alberga en nuestro intestino delgado, el que, sin duda alguna, te hará sentir como si estuvieras viendo una verdadera película de terror.
Àscaris lumbricoides es una de las principales especies de helmintos que infectan al hombre transmitidos por vía digestiva a través de huevos presentes en las heces humanas que contaminan el suelo en las zonas con malos sistemas de saneamiento y dan lugar a un parasitismo intestinal por medio del gusano adulto... está bien, está bien, no suena tan terrorífico, tu podrías decir: "bueno, son solo gusanos, con un desparasitante basta" pero, cuando te contemos cómo se da su ciclo biológico, tardarás un rato en poder asimilarlo todo.
Para empezar te lo vamos a presentar, Áscaris lumbricoides mide de 15 a 30 cm si es macho, pero si es hembra medirá de 20 a 35 cm. La cabeza se caracteriza por tener tres labios bien diferenciados y muy prominentes. Algo que no se nos puede escapar al momento de presentártelos es que las hembras pueden contener hasta 27 millones de huevos e imagínate que se ha calculado que su producción diaria es de aproximadamente 200.000 huevos, sí, ¡200.000 huevos diarios!
Pero bueno, para que estos huevitos puedan infectar al ser humano, que es su único hospedero, una vez expulsados con la materia fecal, estos deben permanecer en suelos de ambientes cálidos y además húmedos por aproximadamente un mes, y al desarrollarse en larvas móviles y pueden ser infectantes. ¡Comencemos con lo terrorífico!
Cuando los huevos que tienen capacidad de infectar son ingeridos logran llegar al duodeno (primera parte del intestino delgado) donde las larvas son liberadas del huevo, penetran la pared intestinal, viajan al hígado por la vena porta y permanece en nuestro hígado hasta aumentar más de tamaño. Áscaris lumbricoides continúa su lindo viaje por las venas suprahepáticas, vena cava inferior, aurícula y ventrículo derecho, en otras palabras, pasan por nuestro corazón y alcanzan también nuestros pulmones por las arterias pulmonares, atraviesan nuestra membrana autocapilar y caen en los alvéolos donde siguen y siguen y siguen creciendo. Que espantoso ¿no?... Y mientras siguen creciendo se toman un merecido descanso hasta que logran medir 1.5 cms, después continúan recorriendo tu cuerpo pero esta vez, suben por los bronquiolos, bronquios, por la tráquea y después logran ser deglutidos, ¿te imaginas tragando gusanos?, ya casi para terminar pasa por nuestro esófago, estómago y de nuevo los encontraremos en nuestro intestino delgado, pero esta vez ya como larvas adultas.
Pero espera... ¿sabes por qué elegimos a Áscaris lumbricoides como algo realmente terrorífico?, no es principalmente el hecho de que recorre nuestro cuerpo y pase por muchos órganos que son muy frágiles e importantes para nuestro correcto funcionamiento, sino el hecho de que en la mayoría de los casos cursa sin manifestaciones clínicas lo cual explicaría su gran multiplicación y que además a veces se producen alteraciones cuando Áscaris lumbricoides presenta migración errática, es decir, desvía su viaje y en algunos casos han sido regurgitados, suelen salir por la boca, oídos, asomarse por tu nariz, obstruir las vías biliares, hígado, riñones, ombligo, en fin, darse una parasitosis masiva.
Cuando los huevos que tienen capacidad de infectar son ingeridos logran llegar al duodeno (primera parte del intestino delgado) donde las larvas son liberadas del huevo, penetran la pared intestinal, viajan al hígado por la vena porta y permanece en nuestro hígado hasta aumentar más de tamaño. Áscaris lumbricoides continúa su lindo viaje por las venas suprahepáticas, vena cava inferior, aurícula y ventrículo derecho, en otras palabras, pasan por nuestro corazón y alcanzan también nuestros pulmones por las arterias pulmonares, atraviesan nuestra membrana autocapilar y caen en los alvéolos donde siguen y siguen y siguen creciendo. Que espantoso ¿no?... Y mientras siguen creciendo se toman un merecido descanso hasta que logran medir 1.5 cms, después continúan recorriendo tu cuerpo pero esta vez, suben por los bronquiolos, bronquios, por la tráquea y después logran ser deglutidos, ¿te imaginas tragando gusanos?, ya casi para terminar pasa por nuestro esófago, estómago y de nuevo los encontraremos en nuestro intestino delgado, pero esta vez ya como larvas adultas.
Pero espera... ¿sabes por qué elegimos a Áscaris lumbricoides como algo realmente terrorífico?, no es principalmente el hecho de que recorre nuestro cuerpo y pase por muchos órganos que son muy frágiles e importantes para nuestro correcto funcionamiento, sino el hecho de que en la mayoría de los casos cursa sin manifestaciones clínicas lo cual explicaría su gran multiplicación y que además a veces se producen alteraciones cuando Áscaris lumbricoides presenta migración errática, es decir, desvía su viaje y en algunos casos han sido regurgitados, suelen salir por la boca, oídos, asomarse por tu nariz, obstruir las vías biliares, hígado, riñones, ombligo, en fin, darse una parasitosis masiva.
A. Pineda
Referencias
Organización Mundial de la Salud
En línea: www.who.int
Muy bien.
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